Conversaciones de desconocidos

La entrada anterior estaba inspirada por la estancia en mi casa de un alemán, Matthias, con el que hice un intercambio y más tarde una gran amistad. Cuando se fue él y el grupo con el que venía me dió mucha pena y por eso escribí esa especie de carta de despedida. :)

Hoy os traigo una conversación que tuve con una chica, la verdad es que la conozco más bien poco, de ahí el título. Es original, únicamente he modificado las faltas de ortografía, el lenguaje SMS y las incoherencias gramaticales. Por cierto, todavía no me acuerdo del filósofo que cito en la conversación, ¿Rusell? Ni idea. :P

¡Ah! Mientras intento animarle sale mi "teoría" de que cuando estás triste estás viendo el cielo nublado y de que "lo que verdaderamente engrandece a un hombre es la envergadura (tamaño) de su corazón".

Me pareció interesante y por eso la comparto con vosotros, ¡a disfrutarla!. ;)

[...]

- Yo acabo el lunes, pero es un pedazo examen...y no puedo estudiar...

- ¿No puedes ?

- Ni a la de tres... Estoy inútil, perdida y además sin ánimos para abrir un libro ni para nada. En fin...Malos tiempos. ¿Y tú, que tal todo?

- Hhhhmmmmm. ¿Buscando el sentido de la vida entonces, no ?

- Se supone, pero ya no lo busco, directamente no lo tengo

- Lo buscas porque no lo has encontrado aún

- No, lo dejé de buscar

- ¿Y cómo lo buscaste ?

- Intentando hacer algo para sonreír pero cada intento, daba pasos atrás y lo dejo estar. Cuando consiga la forma de irme de mi casa, de alejarme de aquella gente a la que aprecio al menos dejaré de destrozar vidas y de hacer daño

- Tienes la autoestima muy baja. Mira, ¿Sabes lo que estas viendo ahora mismo ? El cielo nublado, lo cual no quiere decir que eso que tu ves sea el cielo de verdad. Lo digo porque no creas que haces daño a tu familia porque te equivocas.

- Le hago daño a todos... Soy una egoísta de mierda (con perdón de la expresión)

- A un filosofo le pasó algo parecido: El hombre sólo veía el lado malo de las cosas hasta que decidió concentrarse en las buenas, siempre las había. Lo único que ocurría es que no las veía. Eso hizo, y el hombre este terminó siendo un gran matemático cuando estuvo a punto de suicidarse cobardemente.

- Pero yo no soy capaz...

- Sinceramente yo valoro más ser una buena persona que haber descubierto leyes matemáticas. Y ahora es cuando suelto mi frase: Lo que verdaderamente engrandece a un hombre es la envergadura de su corazón. Ahora bien, otra cosa es que la gente lo sepa ver y valorar. Pero para eso está Dios, para reconfortarte sabiendo que hay alguien que te conoce.

- Pues ahora mismo estoy decepcionada con la gente, con aquello en lo que había creído durante tanto tiempo... y conmigo misma, en fin... no quiero marearte con tonterías... de verdad...un beso, mejor me voy. besos

- No digas tonterías. Acuérdate del título de mi blog: Coloreando la vida. Para eso estoy, para colorear la vida: la mía o la de cualquiera.

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- Así que no me molestas...

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