Resulta que, como nuestro estado de ánimo depende sustancialmente de nuestros entorno, tenemos muchas más posibilidades de ser felices si tenemos a personas felices cerca, ya sea en la casa de enfrente o cuatro manzanas más lejos.
Es increíble, parece ser, además, que ser feliz mejora la salud y alarga la vida aún teniendo enfermedades crónicas, o sea, que el buen estado de ánimo tiene consecuencias físicas beneficiosas en el cuerpo humano.
Un dato curioso es que los camareros que sirven con una sonrisa se llevaban más propina que los que lo hacen fríamente. Camareros, ya sabéis, ¡a sonreír como bebés!
Total, que la felicidad es el virus más benigno que puede haber. Así que, ya sé que hacer, ¡a propagar la felicidad! ¿Me echáis un cable? :D
Via: Refugioantiaereo
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3 comentarios:
Genial, qué buen rollo me ha dado tu noticia. Me encanta que la felicidad sea contagiosa. Gracias, Antonio, compañero de sonrisas ;-) , por remarcar siempre el lado positivo...
Un beso enorme,
Elena
bueno apesar que no todo es sonrisa yo empleo siempre la felicidad! creo que hayq ue cultivarla y empleen simepre en buenos y malos momentos! en la vida!gracias por la info toño!
No sé si recibiste el otro comentario k escribí, aqui esta otra vez:
Eso es totalmente verdad. Gracias. Gracias para compartir tanto mi manera de vida :)
Libelula
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